Los proyectos se realizan con una metodología de trabajo denominada SCRUM.  Consiste en el diseño e implementación de las propuestas por ciclos de desarrollo incrementales que duran entre 15 y 30 días cada uno.

Cada ciclo pasa por 3 procesos diferentes:

  1. Reunión de planificación: Es donde se identifican los requerimientos, se plantean objetivos y se planifican las actividades a realizar estimando esfuerzo necesario.
  2. Sprint: Es el periodo donde el equipo realiza el trabajo en sí. Se trata de cumplir con las actividades planificadas en la etapa anterior.
  3. Reunión de revisión: Se realiza una revisión junto al cliente del trabajo realizado y se implementa (si corresponde). Al mismo tiempo se establecen los tiempos para la realización del trabajo pendiente.

Ventajas de esta modalidad:

  • El cliente no debe esperar hasta el final del desarrollo para utilizar el producto. Se puede probar y/o implementar al final de cada ciclo.
  • Se reduce el riesgo de fracaso del proyecto, ya que las incidencias y cambios de prioridades son identificadas y tratadas en cada ciclo a través de la evaluación constante.
  • Los proyectos en sí se convierten en procesos continuos de mejoras.
  • Se obtiene un producto de calidad basado en las necesidades reales del cliente.
  • El cliente tiene mayor control del presupuesto a largo plazo.